miércoles, marzo 15, 2006

ST-II


Infructuosa,
frustrante espera.
Muchas mañanas y muchas noches:
la vida entera.

Profundas,
enormes ansias,
desasosiegos, suspiros, llantos,
desesperanzas.

Indiferencia
es tu respuesta.
Nada te importa mi sufrimiento.
¡Es la distancia!
Jose D.
23-III-06

ST-I


Ciudadela de amurallados confines
cierra tus puertas ante la amenaza.
Escucha la algarabía de gentes de guerra
que te asediarán mañana en el despuntar del alba.

Prepara entre tanto a tus gentes:
que hagan acopio de víveres,
que llenen los odres de agua,
que tengan a mano sus armas.

Que tus angostas callejuelas
se llenen de barricadas;
que en lo alto de tus casas
haya piedras en abundancia.

Extrema será la defensa
tomando por ejemplo
la espartana Termópilas
o la ibérica Numancia.

Es mi corazón la ciudadela,
y la terrible amenaza
es tu amor que sin alafia,
inmisericorde, lo asaetea.
Jose D.
23-III-06

Limpiar las gafas. Llevar dos rosas. Recordar un beso.
Olvidé el beso, no llevé las rosas, y hablé demasiado.
No fue un buen comienzo.

Mis manos incapaces de permanecer quietas
confundían, con mensajes visuales,
mis parcas respuestas.

"No muevas los hombros, contesta"
Se movían mis manos,
mis hombros con ellas.

No me sentía incómodo,
fue sólo inquietud.
Hablamos de todo un poco:

Que si necesito un psiquiatra
o un psicólogo
o pastillas.

"Nada de eso", dijo
"necesitas socializarte,
hacer amigos"

Y así, entre vino y vino,
pasaron las horas,
se fue la tarde.

"Y ahora que me conoces
¿Qué opinas de mí?
¿Soy sólo sombras, trazos escritos?"

Tristeza, me definió ella;
y no se equivocó,
esa es mi esencia.

Y en la despedida me dijo:
"Escribe y siembra"
Y con esto (yo sé que es poco) creo haber cumplido.
Jose D.
13-III-06