Quisiera abandonar mi vida errante,
instalarme por siempre en tu retina,
convertir mi existencia en tu rutina;
deshacer mis maletas de viajante.
Desearía abrazarte en este instante,
que mis besos me anclaran a tus ojos,
que fueran mis amarras labios rojos
rojos labios que me unan como amante.
Desearía no ser el almirante
del barco en el que el alma se amotina
que pelea en su cubierta y domina
razón y corazón del navegante.
Desearía ser alma que camina
junto a ti, mi amor, mujer divina.
Jose D.
No hay comentarios:
Publicar un comentario