Siento en mi cuello
el frío cuerpo de la serpiente.
Buscan sus colmillos
clavarse en mi corazón.
Abre su boca,
saca su lengua,
olfatea el aire.
Hace interminable
la angustiosa espera.
Muerde.
Su ponzoña inyecta.
Me engulle,
me digiere...
Se envenena y muere.
Se acaba mi pena.
Y entonces despierto.
el frío cuerpo de la serpiente.
Buscan sus colmillos
clavarse en mi corazón.
Abre su boca,
saca su lengua,
olfatea el aire.
Hace interminable
la angustiosa espera.
Muerde.
Su ponzoña inyecta.
Me engulle,
me digiere...
Se envenena y muere.
Se acaba mi pena.
Y entonces despierto.
Jose D.
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